Hay mucha gente que cree en el beneficio de la acupuntura para múltiples situaciones como alergias, dolor crónico o dolor agudo, migrañas o dolor de cabeza, en caso de síndrome premenstrual, amenorrea y muchas otras situaciones. Pero cuando piensan que les tienen que introducir agujas, no se deciden a iniciar el tratamiento. Quizás hay personas que se imaginan que la molestia de las agujas de acupuntura es la misma que causa, por ejemplo, la extracción de sangre cuando se hacen una analítica.
Antes que nada, me gustaría aclarar que hay muchos tipos de agujas de acupuntura. Las agujas que yo utilizo en los tratamientos de acupuntura en la consulta, son agujas estériles y desechables. Son agujas que están especialmente hechas para minimizar la molestia al momento de introducir la aguja. La mayoría de pacientes que trato en la consulta están sorprendidas de manera positiva de lo poco que se nota la introducción de las agujas.
¿Qué se puede notar en el punto donde se ha insertado la aguja de acupuntura?
La acupuntura tiene como objetivo insertar la aguja en un punto específico y estimular el punto energético elegido por parte del terapeuta. Es normal que puedas sentir un tipo de picor, pesadez (como si fuera una sensación de un imán atrayendo la aguja de acupuntura), o hasta una sensación de hormigueo o entumecimiento. Todas estas sensaciones a la hora de aplicar la acupuntura son normales y beneficiosos ya que significa que se está estimulando la zona elegida. En muy pocas ocasiones puede crear molestia tipo calambre, pero es muy poco frecuente.
Ya que el confort del paciente es muy importante para mi, suelo utilizar agujas de acupuntura anti dolor. En la aplicación, hay muchas pacientes que reconocen que se imaginaban la acupuntura como una terapia dolorosa y después del tratamiento se dan cuenta que, con las agujas antidolor, la experiencia es muy diferente y no existe este dolor que se han imaginado.